Aquel mundo era tan estrecho que las personas iban desfilando una a una para no caer en el abismo. Tanto andar y andar por el mismo trazado que se habían levantado los márgenes y soltado las costuras que unían el camino a la esfera planetaria. El mundo daba lástima, pelado, pelado, se estaba quedando con lo puesto, mientras la gente circulaba por encima de las estrechas mondas ajena a lo que sucedía de verdad. Un anillo en espiral giraba alrededor del planeta, pero a diferencia de Saturno, este bucle salía del mundo, y como un tirabuzón gigante serpenteaba a su alrededor. Y cada vez el tirabuzón se agrandaba más y más.
Era su piel.
Así que el mundo de año en año iba reduciendo su tamaño a la mínima expresión. Y tiritaba de frío. Mientras, la piel del mundo se iba alargando trazando un camino que avanzaba en espiral hacia ninguna parte.
Desde la nave lo veíamos totalmente expuesto a la fuerza centrípeta que engulle los mundos ajenos a sí mismos. Erika, la comandante de la nave, había visto este fenómeno otras veces en sus largos recorridos por la galaxia, y solo aventuraba una solución: tenía que volver la piel al mundo, para protegerlo, y ofrecer a la gente unos caminos más anchos por los que transitar. Al fin y al cabo, solo los mundos completos sobreviven al remolino que aspira los desechos del universo. Y pueden evolucionar.
Así que ideó, con nosotros los tripulantes, todo un despliegue de comunicación, para contar con imágenes lo que estaba pasando, ya que la mayoría de la gente había nacido en el anillo y no sabía que existían senderos más amplios y distintos por los que avanzar. Si lográbamos que los habitantes nos creyeran, estaba hecho casi todo el trabajo, porque sin su fuerza esperanzada y sin su fe, no sería posible devolver la piel al mundo.
Los tripulantes de la nave tuvimos que luchar como tantas veces con la incredulidad de las personas, que acostumbradas a circular una a una, habían olvidado que era posible cambiar de dirección, ir de dos en dos, en círculos, dando saltos o en zig-zag por el mundo como en una locomotora un poco loca, sin caerse.
Dispusimos unos espejos redondos y gigantes para que se observaran a sí mismas caminar por encima del tirabuzón planetario, alejadas de su mundo. Algunas tuvieron que mirar dos veces, se frotaron los ojos y miraban de nuevo con cara de sorpresa. Después desplegamos unas pantallas enormes con imágenes del pasado, donde los caminos cruzaban en todas direcciones, como arterias que mantenían vivo al mundo, lleno de energía y la piel en su sitio. Entre todos los caminantes masajeaban la esfera que mostraba un tono relajado y vivaz. Y la piel pegada en su sitio.
Las reacciones fueron distintas, como distintas eran las personas. Algunas no creyeron cierto lo que veían, otras, incautas, quisieron volver tan rápido a su mundo que, desobedeciendo todos los consejos, dieron un salto y quedaron flotando en el espacio a mitad del trayecto para siempre. Las más inteligentes escucharon, hablaron, idearon un plan y se arriesgaron. Decidieron colgarse de los márgenes del camino, y agarraron con sus manos fuertemente los extremos. Una capota inflada como un paracaídas, o como un gusano que flotaba en el espacio, iba descendiendo lentamente al mundo, hasta que finalmente se posó suavemente en su superficie. Todos lo celebraron. Caminaron, corrieron y dieron saltos de alegría durante una semana. Serpentearon sobre los márgenes del camino durante otra y a la tercera dieron volteretas y rodaron en todas direcciones. A la cuarta abrieron veredas y plantaron árboles que con el tiempo echaron raices que fijaron la piel del mundo a la tierra para siempre.
Tomamos unas imágenes y seguimos nuestro camino. Erika no pudo evitar ver antes de irse a unas pocas personas que quedaron flotando en el espacio, recogido su cuerpo, dando vueltas sobre sí mismas durante toda la eternidad. Nunca lograba sobreponerse totalmente a estas imágenes.
“No se puede salvar a quien no quiere ser salvado”-pensó. Después puso la nave a toda máquina y se alejó.
En la distancia el mundo era verde y hermoso. Un sistema de senderos capilares se ramificaba en todas direcciones dándole un aspecto saludable y feliz.
No nos damos cuenta de la manera en que nos protege la piel que nos envuelve, hasta que esta queda hecha girones y se nos estrecha el camino.
ResponderEliminarTal vez éste comentario parece que difiere del contenido del cuento, pero no es así. Las interpetaciones suelen ser imprevisibles.
Donde haya una buena envoltura...
Hola Rosana.
ResponderEliminarAmb trasportas en una altre dimenssió
Com si m´en anés en un món paralel.
Es un conte que far somniar desperta.
Reb una abraçada, Montserrat
La creativitat ens pot servir de molt. La creativitat i la ment oberta, evidentment. Una vegada més em deixes amb una inacabable desfilada d'imatges fantàstiques al cap. Nena, ets única!
ResponderEliminarLa pell del món ....molt imaginatiu, molt maco el conte...de tant en tant la pell del món pateix greus ferides si amb la fantasia es poguessin curar!
ResponderEliminarSí Pilar, aquello que nos envuelve nos protege, un abrazo.
ResponderEliminarGràcies Montserrat per pujar-te al meu conte.
Maijo la creativitat fa que fem possibles els impossibles clar que sí. Quant a les imatges, tu ja saps bé cóm traduïr-les, ningú com tu, un abraç.
Elfreelang almenys amb la fantasia les podem contar que ja és el primer pas. Moltes gràcies.
Qué cuento más visual! Y qué título más sugerente, qué original, Rosana. Me ha encantado.
ResponderEliminarGracias A!
ResponderEliminarTens una capacitat increïble per a crear mons fantàstics i realitats paralel·les, i a sobre ho amaneixes amb un munt d´imatges.
ResponderEliminarPrimer al·lucino i llavors, com la Pilar, vaig recollint significats de sota la pell del conte.
Bon dia Rosana!
Gràcies País, el millor sempre està amagat sota la superfície, un abraç!
ResponderEliminarEm recordes al Ray Bradbury...ja no podré parar de llegir-te.
ResponderEliminarUna abraçada.
Remei gràcies,segur que no ho meresc. He estat mirant i veig que aquest escriptor té obres de compil.lació de relats que desconeixia, m'has fet ganes de llegir-les, aniré a encomanar-ne a la llibreria, em recomanes algun llibre en especial?
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