EL ÚLTIMO ESPEJO
-¿Qué quieres Olivia?
La luna, respondía ella.
Y los dos reían.
Alberto la amaba.
El lunes por la tarde ella recibió un mensaje en el móvil: “el fin de semana te traeré la luna”. Olivia reía, nunca hasta ahora habían hablado de fechas.
Cuando regresó de la compra el sábado por la mañana dejó las bolsas de fruta en el recibidor y se quedó sin aliento al contemplar una luna grande y redonda donde antes había un espejo.
Y así fue como su pequeño piso se transformó en una casa con vistas. Se abrió de repente una ventana a la luna. Y desaparecieron todos los espejos.
Qué bonito... ojalá pudiéramos decorar así.
ResponderEliminarPero oye, me has dado una idea para tener la luna en casa. Así, en plan feng shui.
te gustará, yo estoy viendo la luna en todo momento
ResponderEliminarMuy bonito y una gran idea, seguro que la energía de la luna te ayudará a recrear estos fantásticos relatos y a ser constante. ¡Enhorabuena y suerte con esta nueva etapa!
ResponderEliminargracias reyes, espero contar con una fuente inagotable de...constancia
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